La linde

Oí la palabra con siete u ocho años en el pueblo pasando unas vacaciones. Alguien del pueblo de al lado había matao por eso.
ODIOS que se enquistan y pasan de generación en generación.

Para «construir» naciones cimentadas en el odio se usó, y se usa, la linde.

Hay quien cimenta su personalidad en el odio a los demás y no en su propio desarrollo.

Por la linde se hacían los caminos por los que solían pasar los animales de carga, burros especialmente. El refranero personaliza fácilmente a esos animales y habla de los límites.

Desde personas a países «la linde» ha sido usada cuando no hay otro argumento al que recurrir.
Ahora hay Capuletos y Montescos de la nueva era cibernética de la información. Odios que se enquistan.

La linde de la ética también es usada tanto para transitar por ella como para reclamarla.

Hablemos de lo que realmente vale para la supervivencia de la sociedad. No de los distintos espectáculos -opios- aunque la política se haya convertío en otro.

¿Quién delimita esa linde? Nadie sabe nada, unos dicen «esto» y otros «eso».
Al final quien tenga la pasta y/o la fama decidirá dónde está la linde porque yo sólo he visto justicia en forma puntual a favor del más débil. La justicia es «más igual» para quien más tiene.
Y, la linde de la ética tanto personal como de grupo, ¿Quién la pone y dónde?
¿Cómo se decide qué va más allá de la noticia y se convierte en cloaquismo informativo?

En el caso del «panfleteo» facha es evidente su desfachatez.

La progresía mediática roza la linde ética cuando aparecen los patrocinadores a decidir quién cobra por ello y mueve la linde a su gusto quien se encuentra cómodo mientras su bolsillo no se vacíe.

Los digitales de la izquierda no suelen tener problemas para funcionar con unos principios éticos aunque a veces se les escape alguien hacía la progresía buscando un sustento más favorable. Antes suele asomar la patita y acercarse a la linde intentando que ésta vaya más allá excusando su «movimiento» hacia esas zonas.

En los canales digitales y las redes, personales casi todos aunque lleven nombre de grupo o se amparen en éste, esa linde está también en el sustento, en el aplauso (ese sustento moral) y, por desgracia, también hay quien se cuela ahí porque se hacen más o menos famosetes y empiezan a creer que tienen patente de corso.

Quizá sea Pablo y sus más cercanos los únicos de fiar y que saben que la linde ética nunca se ha de pisar.
Y todavía habrá quien empiece a pasar la linde de la ética empezando a dar bulos porque se fían de algún anónimo amiguete y amparados en quienes tengan ética porque están cerca.
Los datos están ahí pero queda más claro tener el relato de una realidad vital con ética y hay quien no la tiene ni la tendrá porque su conciencia se difuminó con aplausos de gente engañada por el lugar en el que están y no por la realidad de quien está.

Irse a la linde ética y señalar a quien nunca la tocará amparado en un «me han dicho» es de una bajeza personal que no hace sino corroborar que hay quien no se distingue del panfleteo facha por muy rodeao de personas con ética que se esté.